MADRID.- La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, ha dicho este martes que el populismo político es la consecuencia de la crisis y de la pérdida de confianza de la sociedad en las instituciones y en el sector financiero, pero “no puede ser la respuesta” a los desafíos globales que afronta la sociedad.
Botín ha hecho esta consideración durante su intervención en la
Conferencia Internacional de Banca 2019, en la que también participan la
ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, y el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, entre otros.
La presidenta del Santander se refería a desafíos como el cambio
climático, la digitalización o la globalización, que ya existían en
2008, cuando estalló la crisis financiera que condujo a lo que ha
denominado la “gran recesión”.
“Seamos honrados”, ha indicado: “perdimos la confianza” y el comportamiento de “algunos” contaminó la percepción pública,
de forma que los políticos, los hombres y mujeres de negocios y los
banqueros ya no eran dignos de confianza, lo que se extendió a las
instituciones en general y propició el auge del populismo político “que va a más”.
La confianza es “esencial” para determinar el futuro del sector financiero y del sistema económico tal como lo conocemos, ha explicado Botín, quien ha añadido que es “demasiado fácil perderla y muy difícil recuperarla”.
Para ello, ha precisado, “es necesario aceptar la nueva realidad en la que operamos y la responsabilidad que conlleva“, por lo que las empresas no solo deben rendir cuentas a sus accionistas y no deben tener miedo de hacerlo. “El capitalismo ha sobrevivido porque siempre ha sabido hacerse con el cambio y ahora tenemos que hacer lo mismo“, ha dicho.
Sobre el banco, ha asegurado que su intención es ayudar a las
personas y los negocios para que prosperen y adaptarse a un entorno que
ha cambiado mucho en los últimos años, no solo por la revolución
digital, sino también por el entorno regulatorio y por la propia
actividad del banco.
Botín ha recordado que cuando empezó a trabajar en el Santander, hace
30 años, era la sexta entidad más grande de España y no tenía dimensión
internacional y ahora es “el banco más grande de la eurozona en
términos de valor” y tiene 144 millones de clientes.
“Pero lo que no ha variado es nuestro compromiso para ayudar a nuestros clientes a prosperar“,
ha resaltado Botín, que ha recordado que desde que llegó a la
presidencia en 2014 supo que lo más urgente era “recuperar la confianza
de todas las partes implicadas”. “Gestionar un banco merecedor de
confianza es lo correcto y tiene sentido en términos comerciales”, ha
destacado.
La confianza, ha continuado, da lugar a la fidelidad y ésta es el
componente “crítico sobre el que se basa el mejor resultado financiero
posible para un banco”.
“Los últimos cinco años -ha detallado Botín- han sido difíciles para
la banca, pero nosotros hemos hecho crecer un 6 % los ingresos de los
clientes, y todo basado en la confianza y fidelidad de los clientes, que
han crecido un 44 % en ese periodo, y los comerciales, en un 67 %”.
“Somos el banco que tiene más clientes en Europa y América y uno de
los más eficientes y rentables, con unos beneficios subyacentes de casi
8.000 millones de euros en 2018 y un ‘cost to income’ del 47 %, lo que
nos ha permitido añadir unos 25.000 millones de euros a nuestro
indicador de solvencia CET1”, ha añadido.