MURCIA.-Agentes de la Policía Nacional han desarticulado un grupo de estafadores
que ofertaban falsos préstamos mediante anuncios publicitarios en
la prensa local murciana. En la operación han sido detenidas cinco personas que,
haciéndose pasar por trabajadores de bancos extranjeros, se aprovechaban
del estado de necesidad económica de personas que por su situación
financiera no podían recurrir a los cauces de financiación habituales.
Captaban la atención de sus potenciales víctimas con unas condiciones
muy ventajosas pero, para "liberalizar" supuestamente los fondos del
préstamo, era necesario el pago de numerosas tasas que los perjudicados
debían abonar por transferencia o giros postales sin llegar a recibir
después el importe del préstamo. Los arrestados operaban en la Región de
Murcia, Málaga y Barcelona.
En noviembre de 2013 una mujer
presentó en una Comisaría de Distrito de la capital de Murcia una
denuncia en la que manifestaba haber solicitado un préstamo hipotecario a
través de un anuncio publicado en un periódico de la Región.
Los
trámites del supuesto préstamo los había realizado vía telefónica y fax y
para hacerlo efectivo debía ingresar diversos importes a través de
giros postales y pasarelas informáticas de transferencias de fondos,
todo ello en concepto de gastos notariales, tasas y legalización de
papeles. La denunciante no llegó a recibir ningún abono en su cuenta
corriente por el préstamo solicitado.
Los
agentes iniciaron así una investigación que les llevó a localizar
varios anuncios publicitarios, contratados por parte del grupo presuntamente responsable del
fraude. En ellos ofrecían préstamos a un tipo de interés muy atractivo a
la vez que decían trabajar para una entidad financiera internacional
dedicada a la concesión de empréstitos.
Los interesados debían
contactar con los supuestos prestamistas siempre por vía telefónica,
intercambiando documentación por fax o email. Posteriormente uno de los
integrantes de la banda informaba a sus víctimas de que el préstamo le
había sido concedido y que debían hacerles llegar entre 300 y 500 euros
en concepto de gastos de notaría. Seguidamente el estafador iba
solicitando nuevos pagos al objeto de "liberalizar" supuestamente los
fondos del préstamo que se hallan en un banco extranjero, falsificando a
su vez documentos de entidades bancarias.
Para contratar las
distintas publicaciones de sus anuncios, los delincuentes usaban
documentación falsificada, proporcionando en cada periódico una
identidad diferente. El pago de estos servicios de publicidad lo
realizaban desde cajeros automáticos de la localidad malagueña de
Fuengirola. Por las declaraciones de las víctimas se tuvo conocimiento
de que distintas personas, todas ellas con acento extranjero, se hacían
pasar por miembros de distintas entidades bancarias internacionales con
objeto de motivarlas a realizar nuevos pagos de tasas.
En una fase
final, la estafa se consumó con la recogida por parte de personas de la
organización criminal de los fondos que las distintas víctimas habían
transferido o hecho llegar por giros postales a distintos puntos de
Barcelona y Málaga, e incluso al extranjero.
Numerosas
pesquisas policiales permitieron localizar a los miembros de la
organización, unos en España y otros en el extranjero, así como
identificar a una gran cantidad de perjudicados. Las víctimas se
encontraban en una asfixiante situación económica y no podían recurrir a
los cauces de financiación habitual a través de bancos y cajas de
ahorro.
Una vez que se contaba con todos los datos operativos se
puso en marcha un dispositivo policial en las ciudades de Mijas
(Málaga), Manresa (Barcelona) y Tarragona, que permitió la detención de
los principales miembros del grupo organizado: cuatro personas de
nacionalidad nigeriana y un ciudadano español, con edades comprendidas
entre los 21 y los 46 años.
Asimismo se llevaron a cabo dos
registros domiciliarios, uno en Mijas y otro en Manresa, en los que se
intervino gran cantidad de elementos de prueba: quince teléfonos
móviles, veinticinco tarjetas telefónicas utilizadas para contactar con
las víctimas, material informático, documentación bancaria y resguardos
de envío de dinero procedente de la estafa, guías de venta y formularios
manuscritos donde se recoge qué es lo que se debe decir telefónicamente
a las víctimas potenciales.
En la operación han intervenido
agentes del Grupo de Delincuencia Económica de la Jefatura Superior de
la Región de Murcia, del Grupo II de Fraudes Tecnológicos de la Jefatura
Superior de Policía de Cataluña y del Grupo de Fraudes I de la
Comisaría Provincial de Málaga.