Corre el rumor insistente de que un conocido político supuestamente ha dejado embarazada a una funcionaria con la que, al parecer, venía manteniendo de antiguo una relación, presuntamente adúltera, lejana en el espacio y en el tiempo.
Esa presunta relación sería, más o menos, conocida por un reducido grupo de personas próximas a ambos. Pero la gesta del embarazo sería un factor absolutamente nuevo, que se ha ido haciendo paso conforme avanza la incierta buena nueva.
Dentro de las especulaciones a la sombra del citado rumor estaría un supuesto divorcio del político, pese a la diferencia de decenas de años con ella, tras una bronca monumental con su hija, algo menor que la nueva pareja de su padre.
Desde hace semanas no se habla de otra cosa en los mentideros políticos sin que terminen de confirmarse del todo aspectos como el divorcio y el embarazo aunque el aludido luce un rostro felíz, quizás porque ya ve expedito el camino hacia una segunda luna de miel en su recién estrenada senectud personal y profesional.
Como no he visto recogido en este brillante blog ese rumor tan insistente es por lo que me dirijo a él para que se haga eco porque, si bien estaríamos en la esfera de la vida privada de ambos, uno tiene enorme proyección pública y ella es - o ha sido- jerárquicamente dependiente de él como funcionaria, por lo que hipotéticamente podría darse alguna situación de ventaja o privilegio, antes, ahora o en el futuro, de ser cierto todo lo que por ahí circula ante una nueva coyuntura curricular del tan señalado como preñador tardío.
José Antonio Conesa Marín