La penúltima semana de enero se reúne el Foro de Davos, en Suiza,
para analizar la marcha de la economía global a través de un
excepcional panel de expertos. En su avance del análisis de coyuntura,
en el horizonte ve riesgo para la estabilidad por crisis fiscales, alto
desempleo estructural y escasez de agua potable. Y también crisis
alimentaria, vulnerabilidad de Internet, meteorología extrema y cambio
climático.
En el mismo sentido, pero desde otra perspectiva, el Fondo Monetario Internacional
(FMI), al igual que algunos expertos británicos que hasta llegan a
poner en duda el inicio de la recuperación económica, ve lento, débil y
desigual el proceso.Y así lo ha expuesto esta misma semana con cierta
contundencia.
Por contra, el Banco Mundial (BM) ve un crecimiento global del 3,2% en 2014 por la recuperación de las economías avanzadas y la expansión sostenida de China.
Respecto de la eurozona ve que salió de la recesión -pese al retroceso
de la Construcción- y que crecerá. Con una inflación por debajo del 2%
de tope no hay amenaza para su recuperación. Irlanda sale del bono basura mientras Portugal va camino de superar el ajuste impuesto por la troika y de un pacto institucional posterior sobre el gasto público.
Para el BM, en Estados Unidos, en cambio, la recuperación está más avanzada hacia la expansión.
La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) también cree, desde el impulso económico global, que el crecimiento gana velocidad en la eurozona por Alemania, Francia e Italia mientras se afianza en Estados Unidos y menos en Japón, China, India y Rusia.
Obama cree que Europa puede hacer un esfuerzo aún mayor. Y por eso
vendrá el 26 de marzo a la cumbre UE-USA buscando un acuerdo
trasatlántico de libre comercio y de inversiones, de lo que puede llegar
a ser el 50% del PIB mundial si beneficia indirectamente a Canadá y México
a través del NAFTA, incluso con la supresión de barreras no
arancelarias y una armonización de reglamentaciones. Si prospera,
además, la llamada Iniciativa de la Cuenca del Atlántico desde
toda América a Europa y África ya no estará tan claro que el futuro
económico pase básicamente por la Cuenca del Pacífico.
Finalmente, el Bundesbank alemán, en línea con el Banco Central Europeo, ha anunciado el final de la crisis en la eurozona y la aceleración del crecimiento en Alemania.
No corre riesgos inflacionarios y tampoco de deflación, si entendemos
esto último como consecuencia de la caída de la demanda y la baja
generalizada y prolongada del nivel de precios de bienes y servicios. Se
dan mayores ventas minoristas +4,2%, más producción industrial y baja
el desempleo en toda el área de la OCDE.
Pero Alemania se ha visto afectada por la recesión europea y un
moderado crecimiento global pese a una fuerte demanda doméstica. Se ha
dado menos formación de capital, menos exportaciones y una productividad
laboral a la baja.
Francia no se quedará rezagada. Se apresta a reformas para coger
impulso y devolver la fuerza económica a la recuperación después de
perder 60.000 empresas el pasado año. En 2014 puede llegar a crecer un
1% tras bajar impuestos a la empresa, atreverse a una modernización
fiscal y a recortes en la Administración a cambio de creación de empleo,
formación y salarios.
Respecto a España, vuelve la confianza y lentamente el consumo.
El 80% de sus empresas espera crecer en el primer semestre y exportar.
También invertir puesto que el 44% ha facturado más. Según el 'Financial Times',
la recuperación española se extiende al conjunto de sectores, aparte de
inversores y banca. Sube la confianza y el sector servicios mientras
baja ligeramente el desempleo.
Para el rotativo económico británico, en España se vive la fase
inicial de una recuperación clásica por su lento crecimiento y empleo
tras un ajuste salarial, más competitividad, exportaciones, inversión
industrial, mayor demanda y más ingresos fiscales aunque no se ve un
desempleo por debajo del 20% de la población activa, lo que origina una
brecha social y la desaparición de las clases medias por una fuerte
desigualdad salarial o retributiva.
Para instancias comunitarias oficiales, citando a analistas bancarios, el pronóstico es que España
será el motor económico de Europa mientras se desploma el índice de
incertidumbre económica, desciende el desempleo en el comercio
minorista, el IPC está a su nivel más bajo en 52 años y la deuda de la
banca española con el Banco Central Europeo baja en 110.000 millones de euros, un 35% más que en 2012.
Hasta la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) ve un crecimiento global del 3,5% en 2014.
China, que está ya a la cabeza de la importación de materias primas agrícolas (soja, trigo y maíz) desde Estados Unidos, Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, algo tiene que ver con la reciente advertencia de la FAO (Organización para la Agricultura y la Alimentación) del alto precio alcanzado por los alimentos a nivel global.
Y es que China, proclamada en 2013 líder del comercio mundial,
como ya lo es de las exportaciones desde 2009, por su volumen de
intercambios (tres billones de euros con un superávit de 200.000
millones) lo que significa el 10% mundial desde el 3% del año 2000, es
también casi ya el primer demandante energético por encima de Estados Unidos.
En este país, según su Reserva Federal (especie de Banco
Central), el crecimiento será moderado en 2014 pese a la caída de la
construcción de vivienda y una menor confianza empresarial. La inflación
es del 1,5%, las manufacturas crecen, hay alza salarial y los precios
son estables. Aunque se da un aumento industrial del 3,7%, la creación
de empleo es débil y los ingresos crecen donde ya los hay y no llegan
donde no entran.
Y enmedio de este prudente optimismo, contrastan el derrumbe de la economía argentina (el Banco Mundial
prevé que su PIB decrezca desde el 5% de 2013 al 2,8% de 2014) con una
estanflación del 264% en 2013, disminución de un 30% de las reservas del
país, fuga de capitales y deterioro general, y la deflación en Grecia (- 3,4%) en 2013 por un exceso de oferta y una caída del 3,9% de la producción industrial.
En Rusia las exportaciones han disminuido un 1% mientras la fuga de capitales batió el récord con 62.700 millones de dólares en 2013.
Y finalmente, el petróleo. En 2014 la producción será inferior a la
demanda aunque hoy la tecnología pueda triplicar las reservas. Las de
Oriente Medio, más inestable geopolíticamente, son ahora para Europa más
estratégicas. Este año el precio del barril se estabilizará en torno a
los 100 dólares pese a una mayor demanda, lo que ya se ve en Rusia y EE
UU, los dos primeros productores mundiales.
(*) Periodista y profesor