MURCIA.- La
Asociación para la Conservación de la Huerta de Murcia Huermur ha presentado
una alegación basada en 11 argumentos a la modificación del Plan
Especial de Infraestructuras Hidraúlicas (PEIH) de la Zona Norte de Murcia que
la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Murcia aprobó inicialmente el pasado
31 de julio, en pleno verano.
Dicho
Plan Especial, aprobado en 2004 por el Ayuntamiento de Murcia, regulaba el “desarrollo
de las infraestructuras de abastecimiento y saneamiento necesarias para hacer
sostenible el PGOU” según se especifica en la introducción de la propuesta
de modificación. En el mismo se especificaba la planificación y construcción de
los Colectores Pluviales Oeste, otros colectores para saneamiento y el
tanque de tormentas de Zarandona. El coste de todas estas obras se
dividiría entre las distintas promociones urbanísticas y urbanizaciones a
construir en la zona norte de Murcia, habiéndose girado hasta ahora cuotas de
más de 43 millones de euros, de los que casi nueve millones de euros siguen sin
cobrarse.
Una
de las alegaciones gira sobre la propia ejecución de las obras y su financiación.
Se dice que se han ejecutado obras por valor de casi 33 millones de euros, de
las que se debe a sus contratistas casi 17 millones de euros. Quedarían por
ejecutar obras por otros dos millones de euros de la primera fase, más el tanque
de tormentas de Zarandona, que rondarían los nueve millones de euros. Es decir, el
Ayuntamiento tendría que hacer frente a un pago por 26 millones de euros para
finalizar la infraestructura mínima que evite inundaciones graves.
Pero
por otro lado, los mismos documentos dicen que con los nueve millones de euros
pendientes de cobro se podrían llevar a cabo todas esas obras pendientes y el
pago de la deuda a contratistas. Algo matemáticamente imposible y por lo
que el Ayuntamiento ya debería paralizar este documento, al resultar
incoherente y contradictorio.
Igualmente,
no se aclara como es posible que el Ayuntamiento deba a los contratistas casi
17 millones de euros por las obras ejecutadas. Se hace absolutamente necesario
que se aclare en que se ha gastado el dinero ingresado por estas obras para que
se mantenga una deuda equivalente a 3.000 millones de las antiguas pesetas
de unas obras para las que se ha cobrado más de lo que han costado.
Otra
de las cuestiones planteadas en la alegación trata sobre el riesgo de seguir
sufriendo continuas inundaciones en el municipio de Murcia al no haberse
construido el tanque de tormentas previsto en Zarandona, y que almacenaría
los caudales recogidos por los colectores que, en parte, sí se han construido.
El propio documento municipal reconoce que “al no estar ejecutada la salida
del sistema”, que es el citado tanque, las obras han acabado “pudiendo
evacuar tan solo una pequeña parte de la masa de agua”. Con ello, a pesar
de haberse realizado una inversión económica de gran envergadura, si no se
ejecuta el fundamental tanque de tormentas que recoja el agua que circula por
los colectores, y con la impermeabilización sufrida por el suelo al asfaltarse
o enlosarse grandes superficies, se agravarán los efectos de las fuertes
lluvias que periódicamente se sufren, algo que se indica en el propio Plan.
Es
por ello que desde Huermur se considera de imperiosa necesidad cumplir lo
estipulado en el PEIHM sin necesidad de modificación, ya que además se han
cobrado las cantidades necesarias para ello y se han desarrollado diversos
planes urbanísticos que necesitan de la adecuada evacuación de aguas pluviales.
La alegación también resalta que el PEIH reconocía su necesidad, entre otras
cosas, por “las actuaciones de entubamiento de los cauces de las grandes acequias”.
Cauces que, en vez de restaurarse y conservarse, se han seguido entubando.
No se entiende que el Ayuntamiento quiera paralizar el Plan de Infraestructuras
pero a la vez siga permitiendo que se destruya y soterre el antiguo sistema
de drenaje que durante siglos ha conducido el agua de lluvia a través de las
acequias y azarbes.
En
otros puntos de la alegación de esta asociación, se argumenta la necesidad de
que la obligación del pago adelantado de la parte proporcional que corresponde
a cada promotor urbanístico antes de urbanizar su zona se mantenga para todos
los casos. Con ello, lo que el Ayuntamiento debe hacer es girarle las cuotas
a todos los sectores que tengan aprobado el Proyecto de Urbanización, y en
el que caso de que no paguen la parte que les corresponde de las
infraestructuras hidráulicas, ejecute los avales presentados por los mismos,
para que así que todos los constructores implicados se hicieran cargo de sus
obligaciones.
Se
resalta en otro de los puntos que se debería explicar por qué la modificación
del Plan propone excluir a determinados sectores del pago que inicialmente
deberían realizar según lo estipulado en el año 2004. Lo que no se explica en
la documentación municipal es la razón para que algunos “afortunados” no
tengan que hacerse cargo de unas obras que benefician a sus urbanizaciones.
Tras
esto, otra cuestión destacada es el listado de los sectores urbanísticos que no
han abonado los giros de las cuotas emitidas y que, por tanto, se están
beneficiando de unos servicios que no han pagado. Ello, a pesar de que algunos
de estos sectores se han construido, vendido y hay ciudadanos habitando sus
construcciones. Es el caso del sector ZA-Ed3, correspondiente a la Unidad de
Actuación primera de la urbanización Joven Futura, en Espinardo.
Es
decir, la urbanización gestionada por la empresa de la fue fundador el
exconcejal de Urbanismo Sr. Berberena, con un 33% de participaciones (que
no se sabe a quién vendió), llamada Novel Stamp, debe a todos los murcianos
3.243.854,33 euros. ¿Por qué si esta urbanización es solvente y se llevó a
cabo, no se le ha exigido el pago de su parte de las infraestructuras
hidráulicas, al igual que cada murciano tiene que hacer con cada impuesto o
pago que le corresponde?
En
resumen, y con todo lo alegado, desde Huermur se mantiene que el
Ayuntamiento y Emuasa ejecuten de forma inmediata las obras necesarias para
evitar el grave riesgo que se pudiera sufrir en la ciudad
de Murcia en caso de lluvias torrenciales.