MADRID.- El reciente cierre de "Punto Radio" en la Región de Murcia, con cinco despidos netos, es considerado en fuentes profesionales locales un mal presagio de futuro para el resto de los medios de 'Vocento', comenzando por su canal de televisión, abocado al fracaso casi desde su apertura al no conseguir un segmento de mercado claro y una audiencia que le permita subsistir sin asistencias de otras tesorerías del Grupo. El caso del diario 'La Verdad' conviene tratarlo aparte al estar lleno de matices en función de sus diversas ediciones.
En la competencia la situación no pinta mejor. La editorial 'Prensa Ibérica' prepara en la recta final del año un ERE en su diario estrella, 'Información', de Alicante, que puede afectar hasta un 50% de la plantilla actual, según aseguran fuentes informadas del sector. La falta de crédito parece el factor determinante que obliga a esta medida, retrasada ya con anterioridad en espera de mejores horizontes que no llegan.
Nada se habla, en cambio, de la suerte que pueda correr su hermano menor, 'La Opinión de Murcia', con una venta en los kioscos desplomada hace meses y una presencia decreciente en la vida periodística de nuestra región. Entre los periodistas murcianos casi nadie se explica cómo sigue en pié y, mucho menos, su también fracasado proyecto de 'Info TV'. Es presumible que antes de acabar 2011 haya malas noticias sobre esta cabecera de referencia para cierta izquierda murciana.
Las mismas fuentes no descartan similares medidas de regulación de empleo para las cabeceras del grupo 'Vocento' en la Comunidad Valenciana y Región de Murcia, y que afectaría, en mayor medida, a la plantilla de 'Las Provincias' que de 'La Verdad', aunque esas mismas fuentes del sector apuntan a una peor situación general de 'Vocento' que de 'Prensa Ibérica' ante un agudizado descenso del mercado publicitario y frente a las muy malas perspectivas con que ambas editoras afrontan el ejercicio contable del año 2012.
En el caso de la edición de 'La Verdad' para Murcia, Cartagena, Lorca y Vega Baja del Segura el margen para poder aguantar parece un poco mayor; no así para sus ediciones de Alicante-Elche y Albacete que, por este orden, pueden sufrir más pronto que tarde dificultades para poder seguir siendo diarias. En el primer caso, la sangría de empleo puede haber sido la causa de algunas bajas definitivas forzosas en empleados relativamente jóvenes.
También la situación financiera que atraviesan las instituciones públicas (Ayuntamientos, Diputaciones, Generalitat y Comunidad Autónoma de Murcia, contemplados como anunciantes regulares) y, en el mismo sentido, el sector de las cajas de ahorro en toda la zona mediterránea, tras el hundimiento del sector de la Construcción, ha sido determinante para la crisis, larga y casi insuperable, por la que atraviesan estas empresas editoras.
En todas las administraciones de los diarios de Alicante, Murcia y Valencia se amontonan facturas impagadas, prácticamente imposibles de negociar ya como papel en las entidades financieras ante la rigurosidad impuesta por la Central de Balances del Banco de España en la segunda parte del año 2011.
En ambos casos, 'Información' y 'La Verdad', el goteo de jubilaciones, prejubilaciones, bajas incentivadas y despidos pactados viene siendo la tónica desde hace muchos meses, junto a la precariedad de los nuevos contratos, en un intento algo desesperado de poder remontar una situación que, lejos de mejorar, parece haber empeorado desde antes del verano y que no parece pueda salvar la inversión extra que harán los partidos políticos con motivo de una campaña electoral en ciernes; la anterior, municipal y autonómica, apenas propocionó oxígeno para tratar de resistir muy pocos meses más a la altura de mayo.
La crisis, que se ceba con virulencia en sectores que tradicionalmente han sido buenos anunciantes en los medios de Alicante y Murcia (Construcción, Automoción y Distribución), es lo que ha provocado finalmente tener que plantearse, por primera vez, un ERE como tal y que aparezca entre sus trabajadores, a tenor de la reciente reforma laboral, el fantasma de la indemnización de los 20 días por año trabajado.