En la segunda mitad del mes de marzo hasta nosotros se acercaron varios fieles que, habiendo ido a visitar a la Virgen del Rosell en la Iglesia de Santa María de Gracia, se encontraron con que la antigua imagen bizantina había desaparecido de su lugar de culto en el Altar Mayor, preocupados, tras haber realizado infructuosas pesquisas en el entorno más cercano, acudieron a nosotros por si les podíamos dar razón del paradero de nuestra Patrona. Eran las primeras noticias que teníamos respecto a la ausencia de nuestra muy amada Santa María del Rosell, una de las advocaciones marianas más antiguas de la Península Ibérica.
Extrañados, realizamos nuestras averigüaciones, que no nos aclararon mucho más. Sí sabíamos que en el Museo Arqueológico de la vecina ciudad de Murcia se estaba organizando una exposición sobre el período medieval y que, ésta, según se nos bombardeaba desde los medios de comunicación, expondría el nacimiento y desarrollo del antiguo Reino de Murcia, pero no relacionábamos la desaparición de nuestra Patrona con esa exposición, máxime cuando las patronas no viajan, o al menos no lo hacían hasta hace muy pocos años, sino que debían ser visitadas en sus templos de origen.
Al ver las fotos de la exposición que publicó La Verdad digital, el día 18/04/08, pudimos comprobar que la Virgen del Rosell sí se encontraba en la mencionada muestra.
Conscientes de que las buenas noticias se publican para que todos podamos ser partícipes de ellas y no habiendo tenido la más mínima información al respecto, pensamos que los que han participado en la autorización, desmonte y traslado de la imagen, es decir: Cabildo Catedralicio, Dirección General de Bellas Artes, Ayuntamiento de Cartagena y Párroco de Santa María de Gracia, habían actuado en el más absoluto silencio y con premeditación y alevosía habían ocultado el hecho al pueblo de Cartagena.
¿Por qué tanto misterio? Si tan bueno era que nuestra imagen estuviera presente en esa exposición ¿por qué no comunicarlo a la ciudadanía? Hemos visto que Lorca envió su bandera de Cantoria, lo hizo público, hizo público que el transporte se llevó a cabo bajo fuerte medidas de seguridad e incluso que se suscribió un seguro. Cieza detalló las piezas que se enviaron a la muestra... formando parte de las 155 piezas excepcionales que según la prensa figuran en el Museo, pero ni una sola palabra sobre Cartagena, ni buscando en la Web. del Ayuntamiento apareció nada al respecto.
Hemos visto el Fuero que Fernando III otorga a la ciudad de Mula, pero nada del que el mismo rey otorga a la ciudad de Cartagena ¿se encuentra acaso en la exposición o con un fuero hay suficiente? Tampoco hemos visto nada de la Alcazaba de Cartagena ¿Existen tantas alcazabas en ésta región cómo para que se ignore su existencia? ¿o acaso está y tampoco lo sabemos?
Tampoco hemos visto esa lauda sepulcral de mármol que por su tamaño, por el material con el que está realizada y por su excelente inscripción, corresponde a la tumba de algún personaje importante, como tampoco hemos visto, esa estela discoidea aparecida en el entorno de la Catedral de Cartagena, única en la región y no posterior al s. XII.
Seguramente tampoco se hará mención, a juzgar por los artículos que hemos tenido ocasión de leer, a la Orden de Santa María de España, precursora de nuestra Infantería de Marina, la Primera Orden Militar Marítima a nivel nacional, la primera Orden Militar bajo la advocación de una Virgen, Santa María de España, de la que dependían los Conventos de San Sebastián, La Coruña, el Puerto de Santa María y Cartagena como sede principal, para el control de los mares.
Entonces nos seguimos preguntando ¿para qué se la han llevado? Si no le van a dar el honor que se merece, que la hubiesen dejado en su lugar de culto donde todos los cartagineses la seguiríamos honrando como es debido.
Desde el momento en que los libros oficiales editados en ésta región mencionan constantemente al “antiquísimo” Reino de Murcia y conmemoran dándole una historia de quinientos años (¡vamos que desde el 825, año que se fundó, hasta 1.243 en que se rindió a Castilla era un reino! y además se añaden cien años por arte y gracia de los organizadores).
A Cartagena, por la autoridad de los mismos historiadores oficiales, la convierten en una aldea de pescadores, nada que se oponga a lo ya establecido, por muchas pruebas que existan, puede ser admitido. Quizás por eso exista este silencio sepulcral en torno al viaje de la Virgen y como se ha producido el traslado. Esperemos tener más suerte que cuando se la llevaron en el s. XVI a restaurarla “con tan mala fortuna que le borraron sus rasgos originales por lo que es difícil datarla”
El secretismo con el que han actuado las autoridades citadas nos hace pensar que ellos mismo eran conscientes de que no actuaban bien. La Virgen del Rosell es un bien muy preciado del pueblo de Cartagena y aunque ellos sean los depositarios no son los dueños y no deberían regir el destino de un objeto de veneración tan entrañable para la ciudad. Las patronas no viajan porque son algo más que obras de arte, se les rinde culto en sus santuarios.
El silencioso viaje de la Virgen del Rosell y el oscurantismo respecto a los objetos que procedentes de Cartagena puedan estar en la exposición nos confirma que aquello que no puede ser nombrado no existe y que esa es la intención con la que se ha producido este silencio.