Para el nuevo director se trata de "un orgullo" estar a la cabeza de la refinería en un momento tan importante, ya que en diciembre el Consejo de Administración de Repsol aprobó la ampliación de la planta, que supondrá una inversión de 3.200 millones de euros, la más alta en la historia de España.
Según señaló, se trata de "una apuesta muy fuerte que hace Repsol por Cartagena, por Murcia y por este área, algo que va a ser difícil, pero espero no defraudar a nadie".
Vázquez explicó que en este momento se están explorando los terrenos y están pendientes de permisos finales "que están a punto de ser concedidos", tras lo cual indicó que las obras de construcción deberán comenzar antes del verano "para que estén en marcha en julio de 2011".
Una vez que termine el proyecto de la refinería habrá 300 nuevos empleos directos que se unirán a la actual plantilla de 550 personas, además de unos 400 contratistas diarios y 1.500 empleos adicionales inducidos. Pero durante su construcción, que durará tres años y medio, la planta tendrá entre 3.000 y 6.000 personas trabajando de forma continua.
Francisco Vázquez dijo que hay dos tipos de empleos que son los más demandados, "el personal de operación de planta química, con unos estudios específicos de formación profesional; y el de mantenimiento en distintas especialidades, como mecánicos, soldadores, gente de instrumentación o electricistas", aunque también habrá "unos 30 o 40 técnicos superiores, ingenieros nuevos".
En su opinión, "esta refinería va a ser puntera y con un gran impacto energético, no sólo a nivel nacional sino también europeo, una refinería del siglo XXI, con el índice de conversión más alto y unas capacidades muy grandes".
Según explicó, "la nueva planta no sólo será capaz de tratar el crudo sino que dispondrá de una gran flexibilidad para tratar los crudos que vienen del futuro", de ahí que admitiera que "se trata de una apuesta a muchos años, no una inversión a corto plazo".
La actual planta, que trata unos 5,5 millones de toneladas de crudo al año, verá duplicada su producción una vez terminada la ampliación, ya que a partir de ese momento será capaz de tratar hasta 11 millones de toneladas anuales.
No obstante, Vázquez reiteró que la apuesta más importante "es el grado de conversión, la capacidad de hacer gasoil y combustibles futuros, de los muy poco contaminantes, con un impacto sobre el medio ambiente muy positivo".
"Hay que pensar que se trata de la primera refinería que se construye en España y en Europa en treinta años", señaló, para después añadir que "y por ello su innovación va a hacer de ella el espejo en el que se reflejen las demás, una refinería líder y una obra digna de verse".