CARTAGENA.- Durante la mañana de hoy viernes, los veleros Else (ANSE) y Diosa Maat (Ecologistas en Acción) han recorrido el litoral de la Sierra de La Fausilla hasta la playa de El Gorguel, en cuya costa han desplegado sendas pancartas con los lemas “NO AL MACROPUERTO DE EL GORGUEL” y “SALVEMOS LA COSTA”.
La Sierra de La Fausilla ocupa el tramo costero comprendido entre Escombreras (Cartagena) y la bahía de Portmán (La Unión), en el litoral sur de la Región de Murcia. Con casi 800 hectáreas de superficie, destaca por su relieve abrupto que cae al mar en acantilados de gran altura (más de 200 m en algunos puntos).
Esta sierra costera, declarada Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), constituye un enclave natural que merece una especial protección debido a la rareza de su vegetación a escala comunitaria (hábitat iberonorteafricanos), la importancia de diferentes especies de flora (cornical, arto, siemprevivas…) y fauna protegida y amenazada existentes (águila perdicera, halcón peregrino, búho real, camachuelo trompetero…), así como por los valores socioculturales de la Sierra Minera de Cartagena-La Unión.
El anuncio por parte de la Autoridad Portuaria de Cartagena de la construcción de un gran Puerto de Contenedores y Zona de Apoyo Logístico en El Gorguel supondría la continuación de actuaciones de gran impacto ambiental y destrucción del litoral como las llevadas a cabo en el denominado macropuerto de Escombreras, aún sin terminar, que han supuesto la desaparición de aproximadamente 20 hectáreas de sierra litoral para su uso como materiales de relleno y hormigonado de las nuevas superficies portuarias, y ganado al mar cerca de 50 hectáreas de superficie. Con estas obras se han destruido poblaciones de algunas de las especies de flora más raras y escasas de Europa, y un área catalogada como de Interés Geológico.
ANSE y Ecologistas en Acción consideran que la Autoridad Portuaria debe de cesar su campaña de crear demanda y expectativas de un “macropuerto innecesario”, mediante la promoción de la iniciativa con diferentes Estudios de Viabilidad, Diseños del Proyecto, Asistencia a Ferias del Mercado Asiático y continuas Publicaciones y Marketing del Negocio Portuario de contenedores, sin tener en cuenta antes la incidencia ambiental del proyecto.
No debe olvidarse que durante los últimos años la Autoridad Portuaria ha rellenado ya en dos ocasiones importantes superficies costeras para destinarlas a muelles de contenedores; primero la dársena denominada Puerto Piojo (Santa Lucía, Cartagena) y posteriormente Escombreras. En la última ha autorizado la instalación de plantas de molienda de cemento y depósito de fertilizantes, a pesar de que inicialmente estaba prevista para contenedores.
Las organizaciones opinan que el litoral mediterráneo español se encuentra excesivamente presionado y degradado por la acción humana, en forma de desarrollos urbanísticos e infraestructuras de diverso tipo, como para seguir impulsando nuevos proyectos que afecten a las últimas zonas costeras que conservan aún una elevada naturalidad, como ocurre con la Sierra de La Fausilla.
Aunque una parte de los fondos que pudieran verse afectados por el proyecto de El Gorguel se encuentran destruidos por los vertidos mineros, no ocurre lo mismo con los que se extienden en dirección oeste, y ni mucho menos con el litoral emergido, cuyos valores naturales les han hecho merecedores de formar parte de la Red Natura 2000 de espacios protegidos de la Unión Europea.
Pero además, existen alternativas para evitar seguir destruyendo el litoral para alojar temporalmente contenedores, como sería la habilitación de superficies en zonas interiores ya degradadas por la acción humana, unidas mediante ferrocarril hasta el puerto, o recuperar el uso inicialmente previsto en el macropuerto de Escombreras, trasladando las plantas de cemento al interior.
Escombreras y su entorno cuentan actualmente con un intenso desarrollo industrial que ha acabado con el valle y su bahía. Conservar al menos el litoral acantilado de La Fausilla y Portmán, y las montañas que rodean el valle y lo separan de la ciudad de Cartagena, constituyen una necesidad y una obligación, además de una alternativa de uso para la población local próxima.