Una parte importante de la actual ejecutiva del PSRM parece que le está tomando el pelo a Zapatero y a toda su consistente política de progreso. Lejos de mirar hacia delante y apostar por el futuro de este país y de la Región de Murcia, mira hacia atrás y lastra al presidente del Gobierno con decisiones increíbles, que minan aquí su estrategia y empujan, como siempre, el control indirecto del partido al área de los caciques, clanes y mafias del lugar, que ya han hecho su agosto durante el tenebroso duodenato de Valcárcel. Sólo falta pedir a "Caja Murcia" los créditos necesarios para afrontar la campaña electoral de 2007 y así convertir al PSRM en rehén del banco del PP, hasta humillar al líder nacional.
Se quiere, parece a la vista de lo observado, un PSRM con encefalograma casi plano para hurtar el verdadero debate en el seno de la sociedad murciana e impedir, pues, la generación de nuevas figuras de nivel y así evitar tener que presentar unas listas con gentes de calidad, que no tragan porque sí se enteran. ¿Qué se piensa hacer con la díscola diputada regional, Begoña García Retegui, arriba en la foto? Seguramente, silenciarla aunque sea aquí de la poca gente en línea con Ferraz-Moncloa. ¿Y con la eficaz Teresa Rosique? Extrañarla de la Asamblea Regional para aparcarla en el Ayuntamiento de Cartagena. Mientras, se sacan de la chistera de Oñate los más surrealistas candidatos para que el "efecto ZP" no pase en esta región de ser caricatura o un mal sueño lejano.
El PSOE tiene también en esta región su "talón de Aquiles". Los murcianos no notan, en la distancia corta, los efectos aumentados de las decisiones que se toman en Moncloa y Ferraz a nivel nacional. Porque desde Princesa algunos ya se encargan de acatar, pero no tanto de obedecer, para secundar la estrategia. Y, ¿qué hace ante eso, Ángel González, delegado del Gobierno, y catedrático bastante viajado?¿Lo que diga Oñate o lo que desee Rubalcaba?
Su actitud se presenta como clave para poder cambiar la actual deriva y que Zapatero, y su política, no se estrellen en la Región de Murcia como castigo ejemplar por impedir el trasvase del Ebro. No hay que olvidar que el PSRM apoyó a José Bono en el congreso en el que Zapatero se hizo con el liderazgo del PSOE. Esa cultura de venganza de aquel aparato, todavía no se ha disipado y puede estar tratando de pasarle factura ahora. ¿Qué tiene que decir José Blanco ante tal lenguaje de los hechos? Debería actuar, y pronto, para expulsar de este templo a sus más recalcitrantes mercaderes.
La pretendida renovación del PSRM casi diríamos que es una falacia mientras los fantasmas del pasado anden por los pasillos de Princesa. La dirección, intuímos, se ha abandonado en manos de los de siempre ante su sólo objetivo de alcanzar el poder, sin otras trabas, por ruina política de Valcárcel. Asistimos, con simple apariencia estética, a más de lo mismo y a echar mano de un vergonzoso pasado, interno y externo. Saura está demostrando, a cada paso, estar muy condicionado por el entorno y unas estructuras heredadas, y tan hipotecadas como las del PP. Le ha tomado, claramente, respeto al escenario donde él se ha formado políticamente. Y se deja llevar sin mirar, de verdad y del todo, a la sociedad civil más genuina y de mayor calidad profesional y humana.
¿Está Ramón Ortíz tan fuera de juego como pueda parecer? La condescendencia de Saura con Escudero, y la chulería desafiante de Miguel Navarro ante el actual secretario regional, parecen indicar todo lo contrario. El gran enemigo interno de Zapatero aquí, el exseminarista ciezano y ahora parece que promotor inmbiliario también, actúa para seguir moviendo los hilos a través del aguileño Alfonso Navarro, gran controlador de las agrupaciones del municipio de Murcia y actual vicepresidente de la Asamblea Regional. ¿Dónde está la renovación socialista en la capital regional? Si la ciudad de Murcia está controlada por los de antes, de poco o nada sirve poder hacer bien la lista de Alcantarilla, Caravaca, Águilas o Yecla. Los bastiones municipales donde hoy gobierna el PSRM son todos contrarios a Zapatero aunque no lo digan. ¿Son renovadores Navarro, Escudero, Abellán, Sanes o Resurrección García? ¿Acaso mejor los actuales alcaldes de Abarán, Calasparra, Campos del Río, Alguazas, Ceutí o Santomera? Las respuestas son más que evidentes pese a los lógicos matices.
Listos van los votantes murcianos de izquierdas con este panorama, desolador, donde no se condena públicamente a Miguel Navarro por sus convenios urbanísticos "contra natura", no se prescinde de Fuentes Zorita como presidente del PSRM tras el escandalazo de "Nueva Condomina", y no se expulsa a Juan Escudero, tras sus constatadas relaciones con gentes imputadas por la Justicia, como prólogo de los necesarios gestos y créditos de autenticidad para afrontar con ciertas garantías las elecciones de 2007. Además, los nuevos candidatos que se van desvelando sólo están poniendo en tela de juicio la seriedad, consistencia y sentido común político de los teóricos renovadores salidos del último congreso regional.
Con esa tripleta en activo, ya debería ser suficiente para no votarles desde una sociedad civil progresista y generacionalmente renovada. No se pueda hablar con razón de la supuesta corrupción de los demás cuando no se es capaz, aunque sólo sea por hacer medianamente creíble el reformismo liberal de Zapatero, de limpiar la porquería de la propia casa. Aquí se actúa todos los días contra el presidente del Gobierno y su política al no remover el PSRM, en serio, ninguna ficha de las que lo cuestionan, lo hostigan y lo desprestigian a instancia de las malas amistades que el propio Fuentes Zorita frecuenta entre la extrema derecha regional, sin esconderse y sin ningún pudor político.
La sede de Princesa está, además, trufada de infiltrados para procurar desactivar esa política por orden de esas instancias neofranquistas, devenidas en presuntamente criminales, y Saura se muestra incapaz, o a lo peor no, de alinear el PSRM con la estrategia general del resto del PSOE. Algo que percibe muy claramente la izquierda ciudadana más despierta y crítica con los burócratas incrustrados allí. A Moncloa también se le boicotea desde dentro, en la línea "Ruiz Vivo", con la demagógica frase, oída de labios de alguno de sus dirigentes: "Antes que socialista soy murciano", para justificar apoyos a situaciones que Ferraz censura por intolerables en democracia.
No sabemos si, antes de lo peor, habría que pensar con reservas en un señor que, encima, en este momento es y reside todavía en Torre Pacheco, precisamente el municipio más sospechoso de toda nuestra región. De momento, la honradez se le supone y también la honestidad. Pero Saura parece seducido, o mejor abducido, por los santones escondidos entre sus propias filas, para mayor beneficio de la frivolidad a la hora de abordar el proceso de designación de candidatos, en una verdadera alternativa de poder según todos los indicios.
Ferraz debiera advertir en serio ante tanta maniobra en perjuicio de la inaplazable modernización de la Región de Murcia, dentro de la emprendida en España por Zapatero. Un líder que gran parte del PSRM sigue sin reconocer todavía en la práctica.
Ferraz debiera advertir en serio ante tanta maniobra en perjuicio de la inaplazable modernización de la Región de Murcia, dentro de la emprendida en España por Zapatero. Un líder que gran parte del PSRM sigue sin reconocer todavía en la práctica.